Los pequeños pasajes del olvido solían enseñar
que los sentimientos sirven de muy poco,
que las travesías no se cruzan solas,
que los gatos no aman el agua y no comen peces,
y que los enfermos mentales no cometen errores;
alguien los cometió por ellos.
Los grandes personajes sólo hablaron de sus conquistas,
de sus generosos aportes para la destrucción de la vida,
la destrucción de ciudades y algunos museos para recordar su intelecto;
una curiosa forma de hacer historia.
Y si el corazón hablara,
te diría que no podría vivir sin ti,
que recuerdo los instantes,
que escucho tus latidos,
que sin ti no tengo nada…
y si en verdad mi corazón hablara, te diría:
Te quiero.

